2000

El enfoque del presente trabajo emergió después de reflexionar sobre algunos defectos de un proyecto nuestro sobre la salud materna (“Reducción de la mortalidad y morbilidad materna en Bolivia, prácticas apropiadas del parto en los sistemas formales e informales de cuidado perinatal”, 1993-6) en que usamos metodologías “culturalistas” con el objetivo de comunicar a las autoridades regionales y nacionales de salud los aspectos culturales de la problemática de la mortalidad materna. En la esfera de las políticas públicas de salud en Bolivia, si bien hubo un amplio interés en los hallazgos de aquel proyecto, la aplicación de los resultados se limitó a crear un “comité cultural” para supervisar la adecuación de las prácticas del parto en los centros de salud estatales a algunas normas del parto de las mujeres rurales aymaras y quechuas. Estas adecuaciones culturales eran muy superficiales y no se acercaban a las cuestiones más profundas de las diferencias entre ambos conjuntos de prácticas del parto, las rurales andinas y las cosmopolitas o biomédicas. Por estas razones, decidimos centrarnos en las cuestiones “fisiológicas del parto” en vez de las cuestiones culturales, subrayando algunas diferencias en las prácticas postparto entre las distintas áreas rurales que investigamos, las que parecen influir en las distintas cifras de mortalidad materna que encontramos en el primer proyecto. Para entender mejor estas diferencias, fue necesario reunir un equipo de investigación que incluyera parteras profesionales que supieran dialogar con las parteras rurales acerca de sus técnicas en sus propios términos, e igualmente con la profesión médica sobre los mismos asuntos. Esto nos exigía un nuevo enfoque de investigación dirigido a diferentes sitios de análisis (en Bolivia, tanto urbano como rural, en Europa y más allá, en lo que Marcus, 1995, llama un “análisis de múltiples sitios”), y según un eje vertical, desde las prácticas cotidianas de las áreas rurales hacia las normas nacionales e internacionales del parto.